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martes, agosto 14, 2012

Cuando ni gritando consigues hacerte oir la voz




En varias ocasiones he tenido una frustrante pesadilla cuyo contenido básico se repite. Por alguna razón en mis sueños no consigo hacerme oír la voz, yo grito y grito y nada, no se me oye por mucho que me desgañite. Supongo que no hace falta ser Sigmund Freud para deducir el sentido implícito de dicho mensaje onírico.

Y es que demasiado a menudo, nos encontramos en constantes embates o desaguisados donde antes de iniciar la batalla, el contrincante ya ha lanzado la piedra. Parece que en nuestros días la intolerancia y los prejuicios campan a sus anchas y constantemente la violencia en todas sus formas y especialmente verbal, te explota cual mina escondida y ni sabes por donde te viene. O quizás es que hay quien lleva al extremo aquello de “no hay mejor defensa que un buen ataque” y venga todos a las trincheras por si acaso. Este parece sin lugar a dudas el pan nuestro de cada día hoy día.

Se que seguramente no tiene ningún sentido hablar con los convencidos porque esos ya lo están de si mismos y probablemente, mucho menos sentido hacerlo con aquellos innatamente reticentes a abrir sus orejas. O los aleccionados, adoctrinados, sectarios y especialmente obtusos. Esos que habitualmente suelen tener los oídos herméticamente cerrados, pero la bocaza permanentemente abierta, por aquello de que el problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta. Y es que las razones, son como las meigas, haberlas haylas aunque no siempre las veas, o peor, aunque no siempre las entiendas.

Aunque lo peor no es no verlas, o no entenderlas, lo peor es simplemente ni escucharlas.

Resulta mucho más fácil y sobre todo cómodo, directamente prejuzgar, etiquetar y según y como empapelar, embalar y enviar bien lejos al disidente.

Personalmente no siempre me ha resultado fácil adoptar una actitud empática y controlar mis emociones para dar paso a mi razón y darle cancha para pensar en esas otras razones. Principalmente cuando estas me llegan más con formato de sinrazón que otra cosa. Pero por dios que lo intento, yo lo intento, y me da que no todos pueden decir lo mismo.

Aunque si soy absolutamente sincera lo que más me desconcierta, es la falta de coherencia con lo que se quiere y lo que se defiende, o lo que dicen quieres y defiendes. Porque al margen del peligro a que nos suceda como al rey Midas, lo peor hoy en día es simplemente esa tendencia a estigmatizar al otro sin ni siquiera saber qué quiere.


Así que te cuento;
 Yo quiero ver las cuentas claras y el chocolate espeso, empezando por los partidos políticos. Y más conociendo la retahíla de casos de corrupción por financiación ilegal que incesantemente surgen cual setas silvestres día sí, día casi que también. Que no son pocas las veces que nos surge la duda de “si estos son los casos que salen a la luz pública no quieras saber los que no sabemos”, miedo da.

Tan pavoroso, como la condonación de deuda por parte de las entidades financieras que le prestan fondos para poder desarrollar su actividad a los partidos.

Caramba, a mi no me lo hacen, ni tampoco a ninguna de las pymes que conozco. Supongo que porque no pueden conseguir nada a cambio con ello, simple y llanamente. Supongo que mis hipotecas no son de interés, pero si lo son aun más las que contraen los partidos con quien perdona una deuda financiera. Y que viva la gestión y el criterio independiente ajeno  a intereses y clientelismos también, ¿NO?.



Yo quiero poder juzgar la gestión de mis gobernantes y quiero que rindan cuentas pero YA. Y para eso es imprescindible empezar por saber qué hacen y como, es imprescindible disponer de información accesible, actualizada y comprensible. Que estamos en la era informática por dios, no me vengan con milongas.

Y esto no es un acto de buena fe, o un gesto deferente, es una obligación sí o sí, lo contrario es opaco.Porque es  inevitable pensar al ver unas cortinas opacas o unos cristales tintados que algo ahí se esconde, ¿O no?.



Es esta una cuestión ineludible, entre otras cosas porque es Imprescindible para saber jugar a quien es quien con criterio. Y disponer de toda la información en sus actos, no en palabras, más allá de las declaraciones. Bueno es disponer del flash real tras la foto retrato. Por que yo no me conformo con que  me lo cuenten y menos unos medios untados y requeté subvencionados por los unos y los otros. Un poquito más de agnosticismo por dios.

Pareciera o pareciese demasiado trabajo conocer por uno mismo las acciones de nuestros diputados por ejemplo, porque es más fácil etiquetar y prejuzgar. Y sobre todo, porque eso implica pensar, reflexionar y dejar de comulgar con la secta en la que participa cada uno. Os voy a contar un secreto, el ejercicio mental es ideal para conservar una vida saludable y no caer en el dogmatismo y el populismo pero implica tiempo, ganas y sobre todo pensar un poco. Que nunca es oro todo lo que reluce, ni todo lo que hacen unos u otros es de órdago absolutisimamente desechable por haberlo hecho estos o aquellos.
Yo quiero que se predique con el ejemplo, y que no haya nadie más o mejor por su condición de señoría. Que si hacienda somos todos, yo no entiendo porque Hacienda excluye a Alcaldes y Ediles del recorte de la paga extra si ellos son función pública. Faltaría más, "el establishment ha estado, está y estará al margen" al parecer, que para eso les vota en masa reiteradamente la mayoría de ciudadanitos despiertos de Españolandia y sus cortijos periféricos, ¿No?. Pues NO.

Quiero que sus señorías se apliquen todas esas buenas ideas, esas que deferentemente tienen para con la ciudadanía instándonos a apretar el cinturón hasta ese agujero que ahí no está.

Esta semana leía una demostrativa propuesta desde la ciudadanía, que solicitaba a los señores diputats se lleven el taper al parlament, paguen 3 euros por comer en su escaño y devuelvan las dietas que cobran por manutención, por ejemplo. Y que se apliquen el cuento.

Yo quiero un Control de gastos del gobierno. Que se ventilen las hordas de asesores, que sobran los colocados a dedo no los funcionarios. Fuera coches oficiales y mucho menos cobrar dietas de alojamiento teniendo pisos en propiedad donde desempeñan su función laboral. Para mi eso es fraude, como se te ocurra a ti cobrar una subvención no teniendo derecho a ello, la devuelves euro a euro hasta la última gota de tu lastimoso sudor, porque para eso caerá todo el peso de la ley ( no independiente) sobre ti.

Quiero que el fraude fiscal que es superior a los 70.000 millones de euros anuales, sea perseguido y acotado como prioridad number one. Porque mientras el optimista, el pesimista y el realista en este país están ocupados discutiendo sobre el vaso de agua, se lo lleva el oportunista y especulador. La segunda casta de este país, esos que dicen que lo mejor es crear un banco malo, menudo eufemismo, será  crear uno peor, aunque peor parece que imposible visto lo visto.

Y quiero dejar de escuchar hablar del YO para pasar a hablar del todos nosotros, porque si el dinero por ejemplo  de Cataluña para los catalanes, el dinero de Barcelona para los barceloneses y  el dinero de sarrià para los de sarrià , llegamos rápido a “el dinero de Montse pa Montse”.



Y todo eso es una pequeña fracción de lo que quiero, e igual me equivoco pero me da que no soy la única, que somos unos cuantos, que no sabemos como hacernos oir la voz, o sí, y lo que realmente ignoramos, es nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie, como bien decía Emily Dickinson.

lunes, agosto 06, 2012

LLAMADA A LAS FILAS DE LA INSURRECCION





Una vez más recibo una de esas singulares misivas en formato mensaje electrónico que me instan a la rebelión y la insurrección y me explican cual es el origen de todos mis males. En esta ocasión resumen todas mis penurias en una supuesta hipoteca que como ciudadana catalana pago mensualmente por mantener España, dos cientos leuros dice el email , cargado hasta las trancas de populismo y demagogia me asegura entrelineas que la solución sin duda alguna es la dación en pago de la nación espaÑola, a devolver la casa y ahí queda todo. Que se la quede el banco o en su defecto el Bundesbank que finalmente parece ser quien tiene la llave.

Parafraseando un artículo de Antonio González, “El término griego “hipoteca” (*hypotheke*) significaba originariamente una sugerencia, un consejo, y también una advertencia. De ahí pasó a significar la propiedad que se da como garantía del pago de un crédito. En castellano, “hipotecar” tiene el sentido de poner algo en peligro con nuestras acciones. Se puede hipotecar nuestra libertad. Y se puede hipotecar un país entero”.

Poder se puede, que duda cabe, pero ¿De que hipoteca estamos hablando en este caso?.

Personalmente soy de la opinión que lo hipotecado a este punto no es ya ni una nación ni otra, sino el desarrollo moral de toda una sociedad más versada en poner de manifiesto las diferencias, las identidades y ”lo mío” que en encontrar un camino que encauce esta crisis y un pacto global de entendimiento mutuo. Somos una sociedad en quiebra total, de personas que manifiestan públicamente “que la solidaridad ha de acabar”, enunciado dicho desde las mismas instituciones. Una sociedad donde lo más es defraudar y no pagar impuestos, donde el desempleo se convirtió en un salario, donde se busca la forma de no trabajar y las subvenciones son el maná del cielo, ya sea identitario o europeo, del que mamar sin construir o producir nada a cambio. Y sobre todo donde absolutamente nadie asume sus responsabilidades.

Una sociedad donde se prioriza realizar recortes en sanidad y educación pero donde la elite política tampoco  tiene la menor intención de hacerse a sí misma ningún “ajuste” voluntario.

Perdido por completo el control democrático de los políticos, ya nada nos queda más que solicitar la dación en pago total.

Y lo devolvemos todo, por mi devolvemos todas las casas y sus malditas banderas enquilosadas y obscenas.

Lo devolvemos todo y volvemos al principio, al principio de los principios, desnudos y sin nada reiniciamos el equipo.

Aisss, como si eso fuera tan fácil, pero NO se puede simplemente volver a empezar, por mucho que me lo aseguren en una misiva en formato correo electrónico.

Ya basta, no me vengan unos y otros con más milongas, me siento manipulada, engañada , incesantemente utilizada, ignorada y sobre todo y principalmente cansada. Estoy cansada de fuegos fatuos, cansada de una sociedad que me destina al ostracismo por mi doble condición de mala española y mala catalana. Mala catalana por negarme a hacer de la defensa de la lengua y la tierra mi máxima, por no creer en la señera como solución a los males endémicos que asolan esta mi sociedad y por defender la integración, la igualdad, que la unión hace la fuerza y que la solidaridad debe primarse en nuestra sociedad sin prejuzgar ni etiquetar en función de la lengua, los origenes o la identidad. Y peor española por mi propia condición de catalana y por esperar del estado español la defensa de la españolidad de mi catalanidad. Por esperar que se asuma , defienda y comparta mis singularidades catalanas en todos los sentidos como parte integral , fundamental e inalienable de la unidad e identidad española. Soy mala española por esperar que el senado sea tan casa mía como lo es de un conciudadano Madrileño. Mala española por exigir no solo una óptima gestión de los recursos en uso en mi comunidad, si no también en la suya y esperar la total y absoluta igualdad de condiciones, servicios, derechos y/u opotunidades en cualquier parte del territorio. Por exigir y esperar que los recursos que aporto al estado español sean utilizados en pro de un beneficio común y compartido y no en pro del uso caciquil del presidente autonómico o local de turno, o en políticas de devengo y subvenciones parasitarias nefastas, destinadas a la total alienación del tejido productivo global o escondidas tras la falta total y absoluta de transparencia y control de la corrupción.

Porque “nadie es mejor que nadie pero tu creíste vencer” dice la canción y es que en esta guerra nadie gana, bueno como en todas en realidad.

O quizás sí, porque a la par que ganar, parece se afianza y aferran a su posición y condiciones privilegiadas todo el establishment político versado y aleccionado en primar el interés del bien del partido y su partitocracia. Una casta que sabe bien enarbolar la bandera y los himnos siempre que la necesidad apriete y como decía mi abuela "se les vea el plumero".

Dios que suplicio este de ser mala ciudadana, que ni contigo ni si ti, ni dentro ni fuera.

Nadie es mejor que nadie, ni yo menos que nadie, que ahí queda.